En la sencillez del camino

En la sencillez del camino podemos hallar la posibilidad de despertar del sueño de las ilusiones vanas que nos conducen a no poder apreciar la maravilla que nos rodea:
 
? Procuremos constantemente el bien de los demás.
 
? Encontremos un propósito en nuestra vida para entregarnos a él y transitar el camino con nuestro corazón.
 
? Trabajemos con nuestras emociones y pensamientos negativos que oscurecen la claridad de los días.
 
? No vivamos del pasado, no imaginemos el futuro, la concentración debe quedarse en el momento presente.
 
? Respiremos profundo y calmemos la mente: apreciemos todo lo que acontece en este mismo instante. Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos. Una mente que deja a un lado lo que no es útil, lo que no tiene sentido y que ha aprendido a centrarse en las emociones positivas para disfrutar de una felicidad real, pero humilde a su vez ha logrado percibir la sencillez.
 
? Aprendamos a ser más libres, a practicar ese desapego con el que caminar más ligeros, más en sintonía con la propia vida y con el propio ser.
 
? Si agregamos cada vez un poco a lo poco, y lo hacemos con frecuencia, pronto llegará a ser mucho. En la sencillez de la constancia, en trabajar nuestros empeños, en ser perseverantes a pesar de las dificultades, permitirá día a día ir construyendo el camino.
 
? Pronunciemos palabras sabias, simples y profundas, que traigan paz y equilibrio. A menudo hablamos desde el rencor, desde la frustración o desde emociones negativas que nos hacen cautivos y que se proyectan hacia los demás. Mejor que mil palabras vacías, una palabra que traiga paz.
 
? El amor verdadero nace de la comprensión. Amar es cuidar, estar presentes y comprender. Quien comprende tiene el valor y la voluntad de acercarse al alma del otro para hacerle ver que está presente, que entiende lo que siente y lo que piensa.

 
Reparemos en las cosas sencillas que nos rodean, en aquellas pequeñas y modestas: en el ser humano pueden adquirir una magnitud increíble.
La sencillez nos permite acercarnos a los demás y disfrutar sus alegrías como si fueran propias, nos ayuda a mirar las cosas y y percibir a las personas con una paz especial. El sufrimiento muchas veces tiene su origen en complicaciones interiores inventadas que la imaginación agiganta. Gracias a la sencillez, podemos acallar al ego y permitir que nos habite una maravillosa paz interior.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.